17 de Zapatos, día de la transfiguración de San Vincent Van Gogh, transmutador.
Encuentros Grupales de Peripatafísica Especulativa.
A media luz, la sesión comienza. Poco a poco los patafísicos se hunden en una deambulación absoluta, plenos de esperanza. El día de hoy les corresponde poner a prueba el método número 326.
Notando que es de tarde y que la ciencia verdadera mana rebosante de sus seres, los nobles miembros de esta Sociedad deciden congregarse para favorecer las investigaciones eruditas en el campo de la excepción con un ejercicio de peripatafísica experimental especulativa, esperando serle inútiles a sus colegas del Longevo Instituto de Altos Estudios Patafísicos de Buenos Aires.
Los doctores —que están de buen humor― se disponen para la investigación, con la Pintora de la Corte situada tras sus ilustres cabezas dispuesta a captar cualquier acontecimiento relevante.
Todo va bien. Las calles son uniformes y rectas. El diarca Rodríguez ve un caballo, que los Areopagitas transforman en una bicicleta a la que todos se suben. Conforme viajan, un montón de aldeanos (pues de repente están en una aldea), se les acercan y les dicen que les devuelvan su vaca. Las mentes de los doctores responden «No sabemos dónde está su vaca». Los aldeanos no responden y se empiezan a arrojar flores entre sí, que al tocar el suelo se transforman en mierdra. Comienza una alegre fiesta de aplastamierdras entre los paisanos del pueblo. Los doctores no pueden saber si realmente deambulan o sueñan, ni tampoco atinar a definir la diferencia entre las dos, así que dejan a aquellos simpáticos habitantes y continúan su camino.
Ven árboles y casas regulares, en una de las cuales está escrito el cálculo exacto de la superficie de Dios. Se bajan de la bicicleta para ocho y entran. El areopagita Vivas es el primero en notar Algo.
Eminencia, maestre, diarcas, pintora y areopagitas: todos se precipitan en el vacío abismo de la nada, última realidad de un mundo condenado al perpetuo devenir; esencia de una cosa que no es. Tras la nada encuentran vertiginosamente a Dios, y tras Dios, el Tao, y tras el Tao a toda velocidad la Voluntad, y tras la Voluntad, la Vacuidad (¡el horror!), y, tras esta, los doctores cuyos cerebros estánse rostizando en los más horrendos fosos del sublime conocimiento prohibido llegan a aterrizar en sus propios rostros vistos desde afuera y a hallar, al fondo de todo, sus propias mentes desgarradas abiertas para entrar en ellas luego de una absoluta profanación por la Verdad.
Entonces el diarca Contreras recuerda que la bicicleta sí era una vaca y sale disparado corriendo a devolvérsela a aquellos risueños aldeanos enmierdrados, pero su mente se levanta también con su cuerpo y el experimento se rompe entre risas de los demás doctores, que le recuerdan: «¡Ah, Contreras, si era todo un sueño!».
Conclusiones: MÉTODO 326 DESCARTADO POR EXCESO DE CLARIVIDENCIA Y DE VACAS.
Anotaciones: REVISAR SI EL EXCESIVO NÚMERO DE TRANSFORMACIONES TUVO QUE VER CON LA FECHA.
